SÁBADO – SEMANA XXV DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org

(Ecle 11, 9-12, 8 / Sal 89 / Lc 9, 43-45)

Es bien curioso que desde los tiempos apostólicos hasta hoy y, entre más tiempo pasa, estoy seguro que lo será así siempre, uno de los temas a los que más le rehuimos es el de la Cruz… es complicado compaginar el triunfo del Señor con el sufrimiento cuando éste se presenta ¿no es cierto?

El Evangelio nos dice que después del anuncio de la pasión, los apóstoles “…no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.” ¿Qué tipo de velos podrían estar opacando la palabra de Dios en nuestro interior? ¿Te atreves a preguntarle a Dios sobre ello?

Las dificultades de la vida, si se les presta demasiada atención, pueden alejar de Dios a quien no le conoce, pero quienes hemos experimentado el amor de Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, debemos seguir el consejo del Cohélet: “Sigue el camino que te indique el corazón y lo que deleita a tus ojos. Pero no olvides que de todo ello Dios te pedirá cuentas. Aleja de tu corazón la tristeza y de tu cuerpo el sufrimiento; pero recuerda que los placeres de la juventud son cosas que se acaban…”

Para quien queremos seguir a Dios fielmente, el único refugio válido debe ser Él, nadie más puede suplir su lugar, porque aquello en lo que nos refugiemos que no sea Dios terminará por confundirnos convirtiéndose falsamente en un “tesoro” que atentará contra nuestro corazón. Escuchemos la palabra de Dios y dejémosla actuar sin miedo, sólo “Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.” Todo lo demás, absolutamente todo, es vana ilusión.

(P. JLSS)

0 Comments

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *