Esquemas de lecturas para Bodas

Matrimonio Cristiano

Iglesia Doméstica

ESQUEMA No. 1

Lectura del libro del Genesis 2, 18-24

El Señor Dios se dijo: “No está bien que el hombre esté sólo; voy a hacerle a alguien como él que le ayude”. 

Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver que nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. 

Así el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pajaros del cielo y a las bestias del campo; pero no se encontraba ninguno como él que le ayudase. 

Entonces el Señor Dios dejó caer sobre Adán un letargo; y el hombre se durmió. Le saco una costlla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre haciendo una mujer. Y se la presentó al hombre. Y el hombre dijo: “!Esta si qie es hueso de mis huesos y carne de mi carne!”

Esta es Palabra de Dios. 

Salmo responsorial

L. Señor, !qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

R. Señor, !qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

L. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde.

R. Señor, !qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

L. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos; la luna y las estrellas que has creado ¿qué es el hombre, para que acuerdes de él; el ser humano para darle poder? 

R. Señor, !qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

L. Lo hicieste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. 

R. Señor, !qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Aleluya. Tus palabras, Señor, alegran el corazón y son luz para el camino. Aleluya 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: 19. 3-6

En aquel tiempo, se acercarón a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: 

*¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?

+El respondió:  ¿No han leído ustedes que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: “por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre , y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne? De modo que ya no son dos sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. 

ESQUEMA No. 2

Lectura del libro de Tobías 8, 5-10

La noche de su boda, Tobías dijo a Sara:

-Somos descendientes de un pueblo de santos, y no podemos unirnos como los paganos que no conocen a Dios. Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fervor. Pidieron a Dios su protección.  Tobías dijo: – Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos, y todas las criaturas que en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, Tú lo sabes: Si yo me caso con esta hija de Israel, no es para satisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que se bendiga tu nombre por siempre. 

Y Sara, a su vez dijo: -Ten compasión de nosotros, Señor, ten compasión. Que los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez. 

Esta es Palabra de Dios. 

Salmo responsorial

L. Dichoso el que teme al Señor. 

R. Dichoso el que teme al Señor.

L. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

R. Dichoso el que teme al Señor.

L. Tu mujer, como vid fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa. 

R. Dichoso el que teme al Señor.

L. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. 

R. Dichoso el que teme al Señor.

Aleluya. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Aleluya. 

Lectura del Santo Evangelio según San Juan: 15, 9.16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me ha amado, a sí los he amado yo a ustedes: permanezcan en su amor… 

Les he hablado de esto para que mi alegria esté en ustedes, y la alegria de ustedes llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. 

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando. Ya no los llamo siervos, porque el Siervo no sabe lo que hace su Señor: a ustedes los llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se los he dado a conocer. 

Esta es Palabra de Dios. 

ESQUEMA No. 3

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a  los Corintios 12, 31-13.8a 

Hermanos: ambicionen los bienes mejores. Les voy a mostrar un camino más excelente. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; sino tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de predicación y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; sino tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; sino tengo amor, de nada me sirve. 

El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no re irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. 

 Esta es Palabra de Dios. 

Salmo responsorial

L. Día tras día te bendeciremos, Señor.  

R. Día tras día te bendeciremos, Señor.  

L. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza; una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas. 

R. Día tras día te bendeciremos, Señor.  

L. Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo acepto tus maravillas; encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones; difundes la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tus victorias.

R. Día tras día te bendeciremos, Señor.  

L. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.

R. Día tras día te bendeciremos, Señor.  

Aleluya. El Señor es siempre fiel a su palabra y bondadoso en todas sus acciones. Aleluya. 

Lectura del Santo Evangelio según San Juan: 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús esta allí;  Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. 

Faltó el vino y la madre de Jesús dice: No les queda vino. Entonces Jesús le contesta: Mujer déjame todavía no ha llegado mi hora. Su madre dice a los sirvientes: hagan lo que él les diga. Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: llenen las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les manda: saquen ahora y llévenselo al mayordomo. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al novio y le dice: Todo el mundo pone primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos el malo; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.

Esta es Palabra de Dios.

ESQUEMA No. 4

Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a  los Efesios

Hermanos: vivan en el amor, igual que Cristo nos ha amado y se ha entregado por nosotros. Sean sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, sin mancha, ni arruga, ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. 

Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con su Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. “Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”. Es éste  un gran misterio; y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Sobrellévense mutuamente y persónense, cuando alguno tenga quejas contra otro. En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como así mismo, y que la mujer respete al marido.

Esta es Palabra de Dios.

Salmo responsorial

L. Alabemos el nombre del Señor.   

R. Alabemos el nombre del Señor.  

L. ¡Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre! De la salida del sol hasta su ocaso alabado sea el nombre del Señor. 

R. Alabemos el nombre del Señor.  

L. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. ¿Quién como el Señor Dios Nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

R. Alabemos el nombre del Señor.  

L. Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos. 

R. Alabemos el nombre del Señor.  

Aleluya. Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. Aleluya 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 7, 21.24-29

Esta es Palabra de Dios.

ESQUEMA No. 5

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan 4, 7-12 

Queridos hermanos: amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación de nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.  A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. 

Esta es Palabra de Dios.

Salmo responsorial

L. El Señor es bueno con todos.    

R. El Señor es bueno con  todos. 

L. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus creaturas. 

R. El Señor es bueno con  todos. 

L. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo. 

R. El Señor es bueno con  todos. 

L. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. 

R. El Señor es bueno con  todos. 

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: 22, 35-40

En aquel tiempo, un doctor de la ley le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más grande de la ley? Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mandamiento más grande y el primero de los mandamientos. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”. 

RITO DEL MATRIMONIO

Así, pues, ante esta comunidad cristiana que representa a la Iglesia, les preguntó: 

N. Y N. ¿han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nada los presione?

R. SI VENIMOS LIBREMENTE 

¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda la vida?

R. SI ESTAMOS DISPUESTOS

¿Están dispuestos a recibir con amor los hijos que Dios les dé, y educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

R. SI ESTAMOS DISPUESTOS

Consentimiento

Así pues, ya que quieren establecer entre ustedes la alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de la Iglesia.

Novio: Yo _______ te acepto a ti _____ como mi esposa y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida. 

Novia: Yo _______ te acepto a ti _____ como mi esposo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida. 

Sacerdote:

Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia, y cumpla en ustedes su bendición. Lo que Dios acaba de unir, no lo separe el hombre. 

Bendice Señor, a estos hijos tuyos y santifícalos en tu amor, y que estos anillos y estas arras símbolo de fidelidad y ayuda mutua les recuerden siempre el amor que se tienen. Por Cristo Nuestro Señor. R. AMÉN

(Anillo esposo a esposa)

________ recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

(Anillo esposa a esposo)

________ recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

(El esposo toma las arras y tendiéndolas entre las manos juntas las entrega a la esposa que las recibe con las dos manos debajo de las de su esposo). 

Esposo: _______ recibe también estas arras: son prenda del cuidado que tendré de que no falte lo necesario en nuestro hogar. 

Esposa: _______ yo las recibo en señal del cuidado que tendré de que todo se aproveche en nuestro hogar. 

Continúa con la oración de los fieles

Oración por los matrimonios y familias

Celebrante: 

Oremos a Dios para que estos hermanos nuestros que hoy se unen en matrimonio alcancen la felicidad en esta vida y en la otra. Que Dios bendiga esta unión santa, como santificó las bodas de Caná. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que Dios les otorgue la gracia de los hijos y la felicidad de la familia humana. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que su amor les sirva de apoyo en todas las dificultades de la vida. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que se conserven felices en la concordia y en la fidelidad para que de buen testimonio del hombre cristiano. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que el Espíritu Santo renueve la gracia del Sacramento en todos los esposos aquí presentes. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que todos los matrimonios que se hallan desunidos, reencuentren el amor y la paz. 

R. Te rogamos, Señor. 

Que Cristo, cabeza de la Iglesia, la conserve santa e intachable.

R. Te rogamos, Señor. 

Oremos: En nombre de tu Hijo Jesucristo te agradecemos Señor que bendigas nuestras peticiones. Amén.