18 de diciembre
(Jer 23, 5-8 / Sal 71 / Mt 1, 18-24)

«Señor nuestro, que guiaste a tu pueblo por el desierto y le diste la ley a Moisés en el Sinaí, ven a redimimos con tu poder». Siguiendo el acróstico de la feria mayor de navidad, hoy invocamos la venida del Señor bajo el titulo de Adonai (אֲדֹנָי), aparece más de 300 veces en el Antiguo Testamento como una designación para Dios como Señor, Amo, Gobernante de todo, Señor de señores, Gran Señor mío. Es un título de jerarquía, honor y autoridad.

Mateo por eso es cuidadoso en presentarnos el origen de Jesús en su Evangelio, primero lo hace mediante la genealogía desde Abraham hasta hasta Jesús, con tres grupos de catorce generaciones…; después de esto, se nos explica la anunciación y cómo ante semejante misterio interviene con San José en sueños para traerle paz.

Nos dice el Evangelio que “cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa”. ¿Qué tanta apertura y disposición tienes para aceptar la voluntad del Señor? ¿Confías en qué estás bajo su cuidado y protección?

Padre Celestial, envía a nosotros tu Espíritu Santo, para darte el Señorío en todo nuestro ser, no reservarnos nada para nosotros mismos, que sepamos reconocerte como el Adonaí, que aún cuando eres el dueño y gobernador de todo, has querido manifestarnos tu cercanía, para alejar de nosotros todo temor. ¡Todo está en tus manos Señor!

(P. JLSS)