MIÉRCOLES DE CENIZA

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Jl 2, 12-18 / Sal 50 / 2Cor 5, 20-6, 2 / Mt 6, 1-6. 16-18)

La Cuaresma es un tiempo que nos ofrece la Iglesia para hacer una alto y revisar la autenticidad de nuestra vida de fe, a revisar qué tanto cumplimos las palabras del Señor: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial…”

San Pablo, les pide a los Corintios que se dejen reconciliar con Dios, es decir, que dejaran que el Sacrificio Redentor del Señor les hiciera experimentar el gozo de ser amados infinitamente. Tú y yo también somos invitados a lo mismo, a no echar la gracia en saco roto, sino dejar que ésta produzca frutos en nosotros.

Nunca es tarde para cambiar, no endurezcamos nuestro corazón y dejemos que resuenen en nuestro interior las palabras del profeta: “Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia”.

“Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu”. En este comienzo de la cuaresma es necesario recordar qué es aquello que queremos dejar, de qué nos necesitamos purificar y qué es lo que debemos trabajar para vivir conforme al amor de Dios, para ello se nos invita a la práctica de la oración, del ayuno y de la limosna, porque sólo escuchando más a Dios, reconociendo que nuestra mayor necesidad y nuestra mayor riqueza es Él, seremos capaces de soltar aquellos falso refugios que nos hemos construido por miedo.

(P. JLSS)

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