(Dt 30, 15-20 / Sal 1 / Lc 9, 22-25)
Quien confía en el Señor “Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito”. Y eso precisamente es lo que somos llamados a trabajar en la cuaresma, qué tan grande es nuestra confianza en Dios.
Cuaresma es el tiempo en el que se nos invita particularmente a seguir al Señor, teniendo claro qué es aquello que debemos cargar aunque nos cueste trabajo y qué aquello que debemos soltar. “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga”.
Hay que tener claridad en nuestra opción por el Señor, procurar ser cada día mejores, vivir conforme aquello que profesamos; si creemos que tanto amó Dios al mundo que le envió a su hijo, para salvarlo, no para condenarlo (cf. Jn 3, 16-17) se nos debe de notar.
Cómo Cristianos reconocemos el amor que Dios nos tiene, por lo tanto, debemos de dejar de preguntarnos qué cosa es mala o qué cosa no, debemos más bien preguntarnos en qué damos mayor gloria a Dios. Padre que nuestra preocupación esté más puesta en glorificarte que en aquello que nos esclaviza. Sabemos que teniendo presente tu amor, lo demás lo dejaremos felices. Ayúdanos a ser verdaderamente libres.
(P. JLSS)
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