MARTES – SEMANA XXXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Dn 2, 31-45 / Dn 3 / Lc 21, 5-11)

Tras reconocer a Jesús como nuestro Rey y aceptar que él nos protege, vela por nosotros y nos ayuda debe ayudarnos a estar tranquilos y no poner nuestra confianza en nada más, debe ayudarnos a perseverar y a no hacernos menos frente a nada ni nadie. Nosotros contamos con Cristo por ello debemos ser pacientes.

En la primera lectura escuchamos la imagen de la estatua inmensa que soñó Nabucodonosor y como el profeta Daniel da la interpretación de este sueño, una piedra pequeña puede destrozar cualquier construcción si no está sostenida por un material bueno.

Nosotros pertenecemos al reino de Jesucristo, un reino que jamás será destruido ni dominado por nadie, “Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.” Se trata de pertenecer fieles al Señor y no dejar que nada nos espante. La confianza se debe poner sólo en Dios.

Padre Santo, aumenta nuestra fe y nuestra esperanza, no permitas que nos dejemos atemorizar por nada porque quien está cimentado en ti jamás será destruido. Tampoco permitas que nos dejemos impresionar por ninguna «solidez», porque todo puede pasar menos tu palabra (cf. Mt 24, 35) y tu amor (cf. 1Cor 13, 8)

(P. JLSS)

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