(Ex 3, 13-20 / Sal 104 / Mt 11, 28-30)
Hoy la palabra nos invita a recordar que “ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera…” nunca, no debemos permitir que nada nos haga dudar de ello.
En medio de cansancios y fatigas, Dios envió a Moisés a liberar a su pueblo de la opresión del faraón y los egipcios, la pregunta es qué tan dispuestos y/o atentos estamos para aceptar su ayuda en el momento que se presente. Dios siempre quiere sacarnos de nuestra esclavitud.
En el Evangelio, Jesús nos invita a dejarle cargar con nosotros todo aquello que nos esté cansando “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio”. ¿Te has dirigido hacia Él para encontrar alivio o lo has querido encontrar en otros lados?
Hagámosle caso al Señor que nos dice: “Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso…” dejémosle cargar con nosotros, no estamos solos. Padre que el Espíritu Santo nos ayude para no rendirnos en nuestro perseverar; andando de tu mano, no debemos temer nada ni a nadie.
(P. JLSS)
0 Comments