(Hch 8, 26-40 / Sal 65 / Jn 6, 44-51)

¿Cuando surgen dudas en tu interior a quien acudes? ¿Estas atento(a) a los medios que Dios ha puesto a tu alrededor para ayudarte? Tras escuchar el pasaje del Eunuco ese tipo de interrogantes nos deben de surgir ya que él puede representarnos a cada uno de nosotros…

Este personaje iba leyendo las escrituras, quizá hasta maravillado iba de lo que leía, pero reconocía no comprender del todo, así que al acercarse a él Felipe y cuestionarle sobre esto, responde “«¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?». Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él”. Uno, acepto que necesitaba la ayuda, y el otro, conducido por el Señor estuvo dispuesto a darla.

Los apóstoles tenían presentes las palabras del Señor: “nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día”. Por eso ante el deseo del bautismo de este funcionario, Felipe le dice que no hay dificultades si cree de todo corazón. ¿A quién o a donde recurres cuando tienes alguna duda en cuestiones de fe?

Permitamos que el el Espíritu Santo nos ilumine y estemos abiertos a su ayuda, acudamos al Señor, «Él es el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de ese pan vivirá para siempre, y el pan que él da es su carne para que el mundo tenga vida» ¿por qué pasar hambre cuando se nos ofrece alimento?

(P. JLSS)