(Ef 2, 19-22 / Sal 18 / Lc 6, 12-19)
Cuando celebramos a cualquier apóstol agradecemos a Dios por aquellos testigos de la resurrección que fieles al Evangelio se abandonaron al amor de Dios y dieron a conocer esta grandeza a través de sus vida y obras, no sólo con palabras. Como tú y yo, ellos fueron llamados a algo determinado y cumplieron con esto.
Pablo recuerda a los efesios (y a nosotros) aquello en lo que se han convertido por la acción de Jesucristo, “Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles…” ¿qué tanto se nos nota la acción de Dios?
Dejemos de lado todo prejuicio personal, Jesús llama a los que Él quiere esperando que le respondan (Cf. Mc 3, 13), a Simón le apodaban «fanático», a Judas «Tadeo», cada uno con su realidad concreta y es allí donde les pide responder y así también a ti y a mí el Señor nos pide responder en medio de todas nuestras circunstancias.
Padre hoy que celebramos a dos apóstoles de tu amado Hijo, Jesucristo, te pedimos que nos hagas capaces de responder al llamado que nos hace confiados en tu amor y misericordia, que jamás olvidemos que contigo de nuestro lado jamás tropezaremos. Que nada nos distraiga y tu seas siempre donde pongamos nuestra atención.
(P. JLSS)
0 Comments