(Os 6, 1-6 / Sal 50 / Lc 18, 9-14)
“Porque yo quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios, más que holocaustos”… frases como la que acabamos de escuchar, debe llevarnos a cuestionarnos acerca de nuestra manera de vivir nuestra fe ¿se basa en puras prácticas externas o en disfrutar del amor y la misericordia de Dios?
Quien reduce sus prácticas religiosas al cumplimiento de normas, en algún momento terminará sintiéndose perfecto y despreciará a los demás, ya que su corazón se volverá frío y se entretendrá en qué tanto cumplen las reglas los demás.
En el Evangelio nos encontramos dos actitudes que se tienen hacia Dios, quien se acerca a Él consciente de sus limitaciones y pecados, pero anhelan cambiar; y aquellos que se le acercan, solamente como militares a pasar reporte, cerrados a su gracia, totalmente entretenidos con otras cosas ¿a cuáles te pareces más? ¿Aún te interesa disfrutar del Señor?
Padre Santo, no permitas jamás que nos sintamos conformes con lo que te conocemos, que por la fuerza de tu amor siempre anhelemos más de ti en nuestras vidas, sabemos que tu amor provocará más cambios en nosotros que la violencia, ayúdanos a reconocer cuando nos estemos entreteniendo más con la vida ajena que con tu presencia en la nuestra. Que nos atemorice desaprovechar tu cercanía.
(P. JLSS)
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