(Ex 2, 1-15 / Sal 69 / Mt 11, 20-24)

“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza…” con estas palabras Jesus reprocha a estas ciudades su incredulidad, a pesar de haber sido testigos de su acción no creen.

¿Se te pudieran aplicar palabras semejantes? En ocasiones por estar entretenidos en la vida de los demás, dejamos de reconocer la acción de Dios… o se termina entretenidos con cuestiones secundarias e irrelevantes. Se dificultará mucho la aceptación de la voluntad de Dios.

Cuando uno pierde de vista la acción de Dios y su providencia, corre el riesgo de querer hacer justicia por su propia cuenta, como Moisés en la primera lectura. Reconozcamos la acción de Dios en nuestras vidas, Él siempre está con nosotros y no nos desampara.

Padre Santo, te pedimos que por la acción del Espíritu Santo nos concedas la paciencia necesaria para afrontar nuestra realidad confiados en tu cuidado y no permitir que nada nos atemorice a tal grado de paralizarnos. ¡Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece! (Cf. Flp 4, 13)

(P. JLSS)