(Gn 32, 22-32 / Sal 16 / Mt 9, 32-38)

“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos…” estas palabras cien por ciento vocacionales no las dice el Señor solo para los que aspiran a la vida consagrada sino para todos los cristianos, debemos procurar que se nos note nuestra fe.

Nosotros sabemos que son verdad las palabras de Jesús. Hoy hemos escuchado que nos dice: “Yo soy el buen pastor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”, estas palabras debemos tenerlas presentes en todo momento, mucho más en los momentos de dificultad o cuando quiera surgir en nosotros la desconfianza o el temor, ¿creemos o no creemos en nuestro pastor?.

Dejémonos impresionar por Jesucristo y su poder siempre más y más, quien cree conocerle demasiado se cierra a la novedad de su poder, y cuando surge el miedo, la incertidumbre se le hace más fácil desconfiar que perseverar, debemos tratar de ser como Jacob que se peleó pero, no cómo quien le desconoce sino desde la certeza de su poder, su lucha fue la perseverancia.

Los trabajadores de los campos del Señor perseverar en medio de las dificultades, procuran el bien común, confían en el amor de Dios… es sencillo decirlo teóricamente, por eso Padre celestial, te pedimos que nos fortalezcas con el Espíritu Santo para lograr ser testimonios de tu acción permanente en el mundo.

(P. JLSS)