(Is 11, 1-10 / Sal 71 / Lc 10, 21-24)
“Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos…” El tiempo del adviento es un recordatorio de que las profecías acerca de la venida del Mesías ya se cumplieron en la historia, se pueden cumplir en nuestro interior y se van a cumplir al final de los tiempos. ¿Con qué tanta firmeza crees esto?
Quién cree en Dios debe ser capaz de vencer todo razonamiento vano y dejarse iluminar por el Espíritu Santo ¿A qué situaciones le permites distraerte y hacer que pierdas tu confianza en Dios? ¿Por qué sucede esto? Muchas veces esto se debe del querer interpretar la realidad alejados de Dios.
El Señor en el Evangelio lleno de júbilo por ver la acción del Espíritu Santo en sus discípulos, alaba al Padre: : “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!” Reconoce la grandeza y la docilidad a la acción del espíritu en ellos.
Padre, muchas veces hemos limitado tu acción por puros prejuicios nuestros, queremos pedirte que nos des mayor docilidad a tu acción y nos concedas la humildad necesaria para tenerte en cuenta siempre antes de tomar cualquier decisión, que todo en nuestra vida manifieste que confiamos en ti.
(P. JLSS)
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