(2Re 5, 1-15 / Sal 41 / Lc 4, 24-30)

En el misterio de Jesucristo está «la fuerza y la sabiduría de Dios», lo que busquemos allí lo podemos encontrar ¿quieres encontrarte con Él? Debemos dejarnos conducir por su amor, por su gracia, con plena confianza, andando con Jesús llegaremos a buen destino siempre.

Señor, reconocemos que tú eres nuestra mayor necesidad, «como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, nuestra alma te busca a ti, Dios nuestro», ayúdanos para aceptar tu amor y misericordia humildemente, como Naamán, que supo acudir en busca de lo que necesitaba con el profeta y confió en aquellos que lo llevaban.

No queremos parecernos a la gente de la sinagoga, que por no querer aceptar que necesitaban convertirse y dejar algunas actitudes, prefirieron despeñar a Jesús, antes que cambiar prefirieron eliminar; por creer que conocían a Jesús se cerraron a su poder. Debemos cuidarnos de caer en ese error.

Padre Celestial, te agradecemos por todo lo que nos das, enséñanos a buscar en tu Hijo Jesucristo las respuestas a todas nuestras interrogantes, queremos saciar nuestra sed con tu espíritu, ayúdanos a buscar ser saciados por ti, el agua que necesitamos. (cf. Jn 4, 14)

(P. JLSS)