JUEVES – SEMANA XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Mal 3, 13-20 / Sal 1 / Lc 11, 5-13)

Reconocer a Dios como nuestro Padre, nos debe dar seguridad, paciencia y paz. No es posible que quien se sabe protegido ande por el mundo temeroso, por ello, hagamos nuestras las palabras de la aclamación: “Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.”

Quien confía en Dios “es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.” Esta bien enraizado, jamás se secará, podrán venir muchas inclemencias pero ninguna podrá acabar con él.

No nos desanimemos, Dios es nuestro Padre, nos conoce y cuida de nosotros, procuremos comportarnos como sus hijos, sabiéndonos amados, protegidos y vigilados por él, tengamos presentes sus palabras: “El día que yo actúe, dice el Señor de los ejércitos, ellos serán mi propiedad personal y yo seré indulgente con ellos, como un padre es indulgente con el hijo que lo obedece”.

Vivamos tranquilos y pidámosle a Dios que envíe a nuestro interior al Espíritu Santo y que por su poder fortalezca en nosotros la certeza de ser sus hijos, pidamos y se nos dará; busquemos y encontraremos; toquemos y se nos abrirá… “¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán? Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?”

(P. JLSS)

0 Comments

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *