(Gn 22, 1-19 / Sal 114 / Mt 9, 1-8)

“Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y nos confió el mensaje de la reconciliación” ¿aceptas este misterio como es o le pones “peros”? Cuando se nos ofrece de forma gratuita, o lo aceptamos gustosos o desconfiamos, no debe pasarnos así con Dios.

En el Evangelio hemos escuchado la reacción que tuvieron algunas personas frente a las palabras de Jesús, no las aceptan, les parecen demasiado, se cierran a su acción por aferrarse a sus esquemas de pensamiento. Dios siempre sorprende, dejémosle actuar en nosotros.

Abraham, después de haber experimentado la acción de Dios, se abandona completamente a su voluntad aunque ésta pudiera parecer nada comprensible, su fe en el poder de Dios era tan grande que sabía que Dios no le abandonaría y cumpliría sus promesas (cf. Hb 11, 17-19). ¿Existe algo que pueda estar “probando” tu fe? ¿Ya lo pusiste en manos del Señor?

Padre te damos gracias por tu amor por nosotros, te pedimos que por la fuerza del Espíritu Santo fortalezcas nuestra fe y nuestra esperanza de manera que vivamos confiados en tu presencia y providencia, que no exista ninguna camilla a la que nos estemos aferrando por miedo, que siempre pongamos mayor atención en tu voz que en cualquier otro ruido.

(P. JLSS)