DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Is 6, 1-2. 3-8 / Sal 137 / 1Cor 15, 1-11 / Lc 5, 1-11)

La semana pasada reconocíamos la invitación que nos hace Dios en cada momento de nuestras vidas a vivir en su amor, que dependía de nosotros si le aceptábamos o no, tal como las personas del Evangelio que quisieron despeñar a Jesús sólo por no actuar como ellos. A quien se sabe amado se le debe notar ¿te dejas amar por Dios?

Cuando se nos habla del amor de Dios, podemos correr el riesgo de tomar una actitud como la de Isaías hoy, que se preocupa demasiado en su indignidad, pero al ser tocado por la “brasa ardiente”, pasa de esa inseguridad a la disposición, a san Pablo le pasó algo similar, tras encontrarse con el Señor, se abandona completamente y pasa de ser un perseguidor a ser un fiel apóstol.

Se trata de confiar en Dios, dejar de mirar nuestras limitaciones con tanta atención y aceptar lo que se nos ofrece, Dios no se equivoca, te lo ofrece porque sabe que le necesitas. Cuando Jesús le pide a Pedro ir a pescar, éste le responde: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes”. ¿Ya te cansaste de intentar algo?

San Pablo tenía bien claro lo que se podía decir o pensar de él, pero confiaba más en la gracia, que en sus culpas, “sin embargo, por la gracia de Dios, soy lo que soy, y su gracia no ha sido estéril en mí…” era una persona enamorada, quien ama no pierde tiempo queriendo comprender todo, se deja o no se deja amar. ¿Ya te decidiste a aceptar que Dios te ama y dejarte amar? Todo sería diferente.

(P. JLSS)

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