(Flp 3, 17-4, 1 / Sal 121 / Lc 16, 1-8)
Ayer reconocíamos la necesidad existente de dejar a Jesús que cargue junto a nosotros para encontrar alivio, recordábamos que muchas veces le dejamos fuera o no le dejamos involucrarse y andamos por la vida como si no contáramos con nadie ¿permites que el Señor forme parte de todos los aspectos de tu vida?
Cuando se nos presentan las dificultades, quienes somos discípulos del Señor, sabemos que no debemos querer encontrar «culpable» sino «responsables». Quien entra en la dinámica de búsqueda de culpables en el momento de dificultad dejará de lado a Dios y preferirá la comodidad, como quienes justifican sus injusticias con frases como «de que lloren en mi casa…”
San Pablo, alerta a los filipenses de que “hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.”, prefieren aferrarse a sus prácticas mundanas antes que abrirse a la novedad del amor.
Y en el Evangelio Jesús tras la parábola de este administrador, nos dice “pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz…” ¿qué te da más miedo no estar en estado de gracia o no tener dinero? Pidámosle a Dios que nos dé la valentía de no rendirnos tan fácilmente y poner nuestra seguridad en solamente en Él.
(P. JLSS)
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