(Ez 28, 1-10 / Dt 32 / Mt 19, 23-30)
El domingo se nos invitaba a meditar en «el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores» y se nos exhortaba a no cansarnos y a no perder el ánimo en nuestro camino de perseverancia al lado del Señor. No debemos permitir que se nos olvide que “Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza”.
Contamos con el Señor, pongamos nuestra confianza en Él más que en cualquier otra cosa, él nos ama plenamente porque así lo ha decidido, abandonémonos y aferrémonos a su amor, quien no se aferra a Dios terminará aferrándose a cualquier otra cosa realmente secundaria. Por ello, el Señor dice, “muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.”
Se trata de seguir a Jesús libremente quitándonos todo cuanto nos estorba por ello el Señor habla también el tema de «los ricos y el ojo de la aguja», nuestro seguimiento de Dios no debe estar condicionado por cuestiones materiales ni retributivas, debe brotas de una correspondencia al amor que se nos ha dado.
Pidámosle a Dios que por la fuerza del Espíritu Santo nos conceda la libertad frente a las cosas materiales, que él se convierta nuestra mayor riqueza para no poner jamás las cuestiones materiales como fin sino cómo medios. Que su amor y gracia nos basten siempre.
(P. JLSS)
0 Comments