(Ap 10, 8-11 / Sal 118 / Lc 19, 45-48)

El libro que estaba «sellado» y cuyo contenido secretísimo ya fue abierto y revelado por el «Cordero degollado», es decir: Dios nos ama infinitamente más que todo lo que nuestras mentes son capaces de comprender, ese mensaje hoy se nos ofrece a ti y a mi ¿qué tanto le creemos este mensaje?

Siguiendo las visiones de Juan, ahora se nos habla de la aparición de un librito abierto, lo que Dios revela es un mensaje universal y abierto para todos. Si seguimos la estructura del libro habla de los capítulos doce en adelante, sin embargo lo podemos resumir en que si permanecemos agradecidos y fieles al Cordero, en su Iglesia, saldremos vencedores ante cualquier amenaza.

Y aunque este mensaje es maravilloso y está a nuestro alcance, nos pasará como a San Juan que dice: “Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí. En la boca me supo tan dulce como la miel; pero al tragarlo, sentí amargura en las entrañas.” Es decir, debemos ser conscientes de que conforme perseveremos en la fe se nos irá exigiendo cada vez más, de nosotros dependerá si le damos más espacio a Dios o mejor nos entretendremos o distraeremos con otras cosas.

Padre amoroso, aumenta nuestra fe para preferirte siempre a ti ante cualquier amenaza, que nuestra mente vuelva siempre a nuestro Rey, el Cordero, que seamos capaces de cuidar nuestro interior, que no se pueda decir de nosotros, “Esta escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones…” Escuchemos siempre la voz del Señor.

(P. JLSS)