(Hch 15, 22-31 / Sal 56 / Jn 15, 12-17)
Para concluir con el el tema del Concilio de Jerusalén (cap. 15 del libro de los Hechos de los Apóstoles), el Magisterio, la autoridad Petrina… hoy escuchamos el último elemento la «decisión final» del concilio, que por fe sabemos es inspirada por Dios: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias…”
Un elemento imprescindible del Magisterio eclesiástico es la unidad, si alguna enseñanza atenta contra la unidad de la Iglesia hay que desconfiar de ella, por más que la diga un ministro ordenado. Hoy en día abundan videos, audios, escritos de supuestos sacerdotes y obispos que van en contra de temas fundamentales, debemos discernirlos a la luz de los atributos de la Iglesia: Una, Santa, Católica, apostólica (Cf. CCE 811-870).
Nuestra preocupación debe estar puesta en vivir conforme al amor que Jesús nos tiene, no dejarnos intimidar por nada y tener presentes las palabras del Señor: “No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre.”
Abandonemonos en al amor del Padre, Jesús nos ha demostrado del inmenso amor que nos tiene aceptando morir por nosotros (Cf. Rm 5, 7-9) y, ademas, hemos recibido al Espíritu Santo que nos capacita para salir adelante de todo aquello que pueda parecer amenaza. No desaprovechemos los sacramentos y confiemos en Dios.
(P. JLSS)
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