(1Jn 5, 5-13 / Sal 147 / Lc 5, 12-16)

¿Qué situaciones te están costando más trabajo soltar (dejar que el Señor las tique y sane)? En ocasiones somos nosotros mismos los que no permitimos la acción de Dios en nuestras vidas, porque nos da miedo el cambio, la novedad o simplemente por terquedad.

San Juan afirma hoy en la Palabra: “Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios”, porque creer en Él implica muchas cosas, sobre todo serenidad, libertad y paz. Debemos esforzarnos por madurar nuestra fe en cada momento.

Hoy tenemos como ejemplo al leproso del Evangelio, que se abandona a Jesús, no nos dice el Evangelio que este personaje fuera “un creyente”, “una persona muy piadosa” sólo se nos dice que era un leproso, un enfermo consciente de su enfermedad que se le acerca “diciendo: «Señor, si quieres, puedes curarme». Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero. Queda limpio» y al momento desapareció la lepra.

Hoy nos acercamos a ti Señor, conscientes de que te necesitamos, conscientes de que sólo tú nos puedes curar de aquellas “lepras” que nos están carcomiendo. No ponemos resistencia te dejamos que te acerques a nosotros y nos toques para quedar sanos. Presentémosles al Señor aquello que reconocemos que sólo él puede curar. “Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida está en su Hijo”.

(P. JLSS)