(Hch 4, 1-12 / Sal 117 / Jn 21, 1-14)

“La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.” Esta frase del salmo y que es también utilizada por Pedro en su predicación nos debe hacer que nos cuestionemos sobre de nuestra aceptación o rechazo a la obra del Señor.

Porque aquello que pudiera estar limitándonos en estos momentos concretos de nuestra vida podría ser erradicado de nuestras vidas si se lo entregáramos a él. Pedro decía: “sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos.”

A Jesucristo le debemos tener siempre presente, acudir a él confiados en su poder y no entretenernos tanto en la mucha o poca “pesca” que esté habiendo en nuestras vidas, los discípulos reconocieron su presencia nuevamente en otra pesca milagrosa como la de los primeros días ¿será que Dios se acerque a nuestras vidas y no estaremos reconociéndole?

Padre Santo, somos discípulos de tu Hijo, queremos vivir de acuerdo con ello, por eso te pedimos que por medio del Espíritu Santo nos des la capacidad de seguirle con firmeza, con nuestra mirada puesta en él y no dejarnos distraer tanto por nuestros criterios particulares. Quien te tiene a ti, nada le falta.

(P. JLSS)