(Ex 24, 3-8 / Sal 49 / Jn 11, 19-27)

La Iglesia nos invita hoy a recordar a los santos Marta, María y Lázaro, unos hermanos que gozaban de la amistad y cercanía con el Señor, incluso se nos cuenta en el Evangelio de Juan que cuando Jesús se dirige al sepulcro de Lázaro llora y la gente se asombra de cuánto le amaba (Cf. Jn 11, 33-36).

El conmemorar a esta familia amiga de Jesús podemos reconocer que la amistad con el Señor no conlleva ausencia de cosas incomprensibles o dolorosas, sino que nos ayuda para poder vivirlas de manera distinta, porque sabemos que contamos con alguien que es más fuerte que la misma muerte.

El Señor es la luz del mundo si le seguimos fielmente tendremos la luz de la vida que él sólo nos puede dar (cf. Jn 8, 12), Marta y María tras la muerte de su hermano Lázaro se atreven a decir al Señor: “si hubieras estado aquí no habría muerte mi hermano” ¿pudiera haber algo en tu vida estos momento que te esté haciendo percibir a Dios ausente?

Presentémosle estás situaciones al Señor y pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude para acercarnos al Jesús, que es la resurrección y la vida, dejémosle involucrarse en nuestro sufrimiento para que nos ayude a llevarlo de mejor manera y digámosle como Marta: “Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo…”

(P. JLSS)