(Hch 15, 1-6 / Sal 121 / Jn 15, 1-8)
“Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante.” Con estas palabras del Señor se nos ha venido recordando esta semana, de una u otra manera, sobre nuestra necesidad de no soltarnos del Señor por ningún motivo.
Permanecer en el Señor implica también la comunión entre los miembros de su cuerpo místico, de la Iglesia, y no atentar jamás contra su unidad. Pablo y Bernabé aún cuando eran personas versadas y sabias, son capaces de acudir a los apóstoles para tener claridad en temas confusos en busca de claridad.
Recordemos las palabras de Jesús sobre su Padre: “Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.” Llegará el momento en que debamos renunciar a criterios personales o ideas preconcebidas en busca de la comunión ¿existe algo que te esté haciendo alejarte de alguien o de la misma Iglesia?
Padre Santo, te pedimos que nos des la capacidad de reconocer que tu grandeza y poder rebasa nuestras lógica, para lograr ser instrumentos de tu paz y caridad para con todos nuestros hermanos buscando así glorificarte. “La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos…”
(P. JLSS)
0 Comments