(1Cor 2, 10b-16 / Sal 144 / Lc 4, 31-37)

El más grande error en el que se puede caer en relación con Dios es asumir que se conoce su proceder y sus respuestas completamente, porque se terminará por limitar su acción por criterios personales y querer interpretar la realidad según estos mismos criterios, sólo quienes se dejan sorprender por él abren su corazón para que siga realizando cosas nuevas.

¿Te dejas sorprender por Jesús? ¿Reconoces que tiene autoridad para vencer cualquier dificultad que pudieras estar viviendo? La gente de Cafarnaúm por estar sorprendida de su autoridad se abrieron a su mensaje. Reconocían el poder de hacerse obedecer que tiene el Señor frente a cualquier dificultad.

No debemos comportarnos como extraños sino como hijos que conocen a su Padre. “El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.” Acudamos a él confiados en su poder.

Pidamos al Espíritu Santo su luz para no vivir en la oscuridad del miedo jamás, confiemos y acudamos más a él. “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha otorgado…” si algo de nuestra realidad no entendemos debemos acudir a Él.

(P. JLSS)