(2Sm 6, 12-15. 17-19 / Sal 23 / Mc 3, 31-35)
Jamás debemos permitir que se nos olvide que Dios quiere nuestro bien y que si queremos corresponder a esto lo que debemos hacer es procurar en todo hacer su voluntad, teniendo en cuenta que Él quiere que todos nosotros nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad.
¿Tu manera de comportarte corresponde a la salvación que Dios te ofrece? ¿buscas la verdad en su palabra? ¿La manera en que te comportas con los demás les inspirará a procurar su salvación? Recordemos que para poder aceptar los misterios del reino tenemos que hacernos sencillos y confiados en Dios.
En la primera lectura escuchamos como el rey David, procura darle al arca un sitio especial dentro de “su ciudad”, hace de ella algo importantísimo, es el recordatorio de la ayuda y presencia de Dios en medio de ellos es fundamental, ¡cuánto bien nos hace no olvidar lo que él ha hecho por nosotros.
Pidámosle a nuestro Señor que nos conceda ser cada vez más dóciles a la acción del Espíritu Santo, de manera que no busquemos apantallarle o sólo quedar bien con él con prácticas piadosas, sino esforzarnos por quedar bien con él porque su amor se nos nota en nuestra caridad. «La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.» (CCE 1822)
(P. JLSS)
0 Comments