(Is 52, 7-10 / Sal 97 / Hb 1, 1-6 / Jn 1, 1-18)

Celebramos hoy el nacimiento del Señor, misterio en el que se cumple completamente la frase del Salmo: “El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.” ¿Valoramos el amor y lealtad que Dios nos tiene? Vino al mundo por nosotros, para darnos a conocer su cercanía y para rescatarnos.

“En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo…” antes de Jesucristo podíamos intuir el amor de Dios, con su nacimiento dejamos atrás la intuición para pasar a la verdad.

Este es un día en el que debemos alegrarnos infinitamente y abandonarnos al inmenso amor de Dios, porque debemos vivir como personas que se saben amadas en Jesucristo y vivir abandonados en Él, siendo esto nuestra mayor preocupación. “Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo.”

Que el Espíritu Santo nos conceda la tranquilidad de vivir confiados en el inmenso amor de Dios, en su interés por nosotros y en su cercanía. “Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.” No hay motivos para creer que nos desprecia, todo lo contrario, nos comprende completamente y ofrece todo aquello que necesitamos para ser mejores. ¡Feliz Navidad!

(P. JLSS)