LUNES – SEMANA XVII DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Ex 32, 15-24. 30-34 / Sal 105 / Mt 13, 31-35)

Continuando con nuestra reflexión acerca del valor que le damos a la palabra de Dios, a nuestro Señor Jesucristo y su Buena Nueva, que comenzábamos el día de ayer, hoy la liturgia de la palabra nos presenta el fragmento del libro del Éxodo en el que el pueblo de Israel se fabrica un becerro de oro solamente por no saber esperar.

Moisés estaba en el monte Horeb hablando con Dios pero al pueblo de Israel se le hizo que tardó mucho y quisieron fabricar otro “dios” para que los guiara, como dice el salmo: “Se olvidaron del Dios que los salvó, y que hizo portentos en Egipto, en la tierra de Cam, mil maravillas y en las aguas del mar Rojo, sus prodigios…” ¿te ha pasado algo semejante?

El Reino de los cielos no es algo escandaloso debemos aguardarlo pacientemente (Cf. Lc 17, 20-21), es como la semilla de mostaza que a pesar de comenzar siendo una semilla bien pequeña, llega a ser un gran arbusto, pero hay que dejar que crezca con libertad. Como la levaduras, hay que dejar que nos fermente.

¿Tienes claridad sobre qué es aquello en lo que te refugias cuando tienes miedo o cuando pierdes la paciencia? El pueblo de Israel recurrió a los dioses egipcios, al pasado, por impaciencia. Tú ¿a qué recurres? Te pedimos Padre que por la fuerza de tu Espíritu Santo avives en nosotros la fe para que al primer lugar al que recurramos en la turbación sea a ti. «Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti»

(P. JLSS)

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