En la vida cristiana siempre debe ser mayor la confianza que el miedo, sería inhumano tratar de reprimir un sentimiento natural, sin embargo en medio de cualquier duda o temor la fe debe ser para nosotros esa antorcha que guía nuestros pasos en medio de la oscuridad.

Cuando uno es dominado por el miedo, ya no importará el tamaño de la amenaza. Los egipcios entre más pensaban en la explosión demográfica de los hebreos más miedo y más violentos se volvieron con ellos. Para conocer a una persona agresiva no debes querer entender lo que piensa, sino aquello a lo que le teme.

Jesús a sus discípulos nos invita a poner nuestras atención de que contamos con la ayuda Dios para el desempeño de nuestras actividades diarias y a estar dispuestos a asumir las consecuencias que él mismo seguimiento nos exigirá. Pidámosle que fortalezca nuestra esperanza.

Padre Bueno y siempre al pendiente de nosotros graba en nuestras mentes las palabras del Evangelio, para siempre anteponerte a ti que a cualquier dificultad que pudiésemos estar viviendo: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.”

(P. JLSS)