(Is 65, 17-21 / Sal 29 / Jn 4, 43-54)
Desde el día de ayer, la palabra de Dios nos ha estado invitando a reconocer la misericordia de Dios en nuestras vidas, cómo fue, cómo ha sido, dónde… y si no tenemos claridad en ello, hacer un alto, pedirle a Dios que nos ayude a reconocer su acción en nuestras vidas.
Quien se ha encontrado con Jesucristo, es consciente de que Dios nunca olvida sus promesas, por lo tanto, sabe que en el momento indicado vendrá en su auxilio, debería ser muy difícil caer en desánimo… deberíamos tener grabadas en nuestro corazón las palabras de Amós: “Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes.”
El «funcionario real» que se acerca a Jesús, no se desanima pronto, aún cuando el Señor le reprocha “Si no ven ustedes signos y prodigios, no creen”, el funcionario continúa pidiendo el milagro, “Señor, ven antes de que mi muchachito muera”; estaba atento al poder de Jesús más que a otras cosas, cree en la palabra del Señor.
Señor Jesucristo, tú nos has mostrado el amor del Padre y su cercanía, por ello te pedimos que hoy nos hagas reconocer nuevamente tu poder en nuestras vidas, tu acción en ellas, no queremos permitir que cualquier cosa nos haga temer. Espíritu Santo ilumínanos, para tener firme nuestra mirada en Dios.
(P. JLSS)
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