(Ag 1, 1-8 / Sal 149 / Lc 9, 7-9)
¿Creemos en Jesús o somos como Herodes? Este último al enterarse de los prodigios de Jesús, entro en conflicto por saber quién o qué era el Señor, tenía curiosidad no interés, estas palabras no son sinónimo, la curiosidad es el mero deseo de enterarse de cosas ajenas y el interés es una inclinación del ánimo hacia algo.
Jesus es el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre si no es por medio de Él. De allí la importancia de conocerle cada vez más, no sólo por curiosidad o teoría sino por todo lo que esto implica, de acuerdo a nuestro conocimiento de Él, será nuestra confianza.
El pueblo de Israel había caído en desidia en lo que a la construcción del templo se refería y en conductas morales, su seguimiento de Dios era por costumbre mas que por conocimiento, por ello se les reprocha “han sembrado mucho, pero cosechado poco; han comido, pero siguen con hambre; han bebido, pero siguen con sed; se han vestido, pero siguen con frío, y los que trabajaron a sueldo echaron su salario en una bolsa rota…”
Espíritu Santo llena nuestros corazones, no queremos seguir a Jesús sólo como espectadores sino que queremos que el transforme nuestras existencias con su amor, ayúdanos a reconocer cada vez con mayor intensidad el inmenso amor del Padre que se nos ha manifestado en Jesucristo, nuestra ruta, la respuesta a todas nuestras interrogantes y la plenitud de nuestras vidas.
(P. JLSS)
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