(Esd 9, 5-9 / Tob 13 / Lc 9, 1-6)
Es muy interesante la interpretación que hace Tobías acerca de la voluntad de Dios: “El los dispersó a ustedes entre los paganos, que no lo conocen, para que les dieran a conocer sus maravillas y para que los hicieran comprender que él es el único Dios todopoderoso…” Muchas veces debemos aguardar pacientemente y hasta después de un tiempo podremos ver con claridad.
Esdras, tras contemplar la acción de su pueblo, avergonzado pide por éste a Dios, cayeron en comodidad y fueron infieles a la alianza. Pero quien conoce a Dios, no se debe desesperar, pues sabe que Él nunca le dejará abandonado, que puede contar con Él y que no debe apresurarse a la hora de interpretar su voluntad.
Jesús en el Evangelio pide a sus discípulos confiar en su providencia y cuidado, por ello les pide nos llevar nada para el camino, aceptar lo que se brinde como sea, sin avaricia. Nuestra mayor riqueza es Dios y debemos custodiarla como tal.
Padre, no permitas que nos acostumbremos nunca a tu acción y presencia en nuestras vidas, que no nos dejemos encandilar por ninguna cosa pasajera, que por la fuerza del Espíritu Santo te conviertas nuevamente en nuestra mayor riqueza a la cual recurramos siempre que nos sintamos empobrecidos.
(P. JLSS)
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