(Hch 15, 7-21 / Sal 95 / Jn 15, 9-11)
Las palabras que dice Jesús a sus discípulos el día de hoy: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor…” ¿la sientes dirigidas a ti? Porque hay varios elementos en ellas, Jesús nos ama con profunda intensidad, debemos permanecer en ese estado y cumplir sus mandamientos.
Los mandamientos se fundamentan en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo (cf. Mt 22, 40), de acuerdo al valor que le demos al amor de Dios en nuestras vidas será el reconocimiento que haremos de su amor en el otro y procuraremos no oponernos a ello.
Está fue la lógica que se siguió en el concilio de Jerusalén, Pedro mismo lo dice cuando asegura “Dios, que conoce los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo, igual que a nosotros. No hizo distinción alguna, ya que purificó sus corazones con la fe.” Debemos de aceptar que Dios ama a todos, empezando por nosotros mismos y creerle a su amor.
Padre concédenos la gracia de esforzarnos por permanecer en tu amor y abandonarnos al mismo de modo que éste se comience a manifestar en nosotros de la forma en que tu Hijo deseaba “Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena…” La alegría y el amor siempre se comparte.
(P. JLSS)
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