DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(Sb 8, 6-9 / Sal 32 / Hb 11, 1-2. 8-19 / Lc 12, 32-48)

La invitación que se nos hacía la semana pasada de buscar y poner nuestro corazón en «los bienes de arriba donde está Cristo», la palabra nos invita a reflexionar sobre aquellas cosas que tenemos como «tesoros» por las cuales no podemos entregarle el corazón por completo a Dios.

Entendamos aquí tesoro como todo aquello que consideramos «muy preciado» y que tenemos reservado sólo para nosotros y donde ni siquiera le damos cabida a Dios, aquellas ilusiones y falsas seguridades por las cuales no permitimos a Dios ser Dios, limitando su acción por nuestros criterios. Esas ocasiones que por desesperados terminamos actuando impulsivamente.

Estos tesoros no son otra cosa que refugios a donde acudimos cuando surgen situaciones donde no podemos comprender o nos cuesta aceptar la voluntad de Dios. En el fondo es faltas de fe… por eso deberíamos detenernos, recordar que la “la fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven.” No permitamos que ningún miedo nos haga echarnos para atrás o impedir que el haga su obra en nosotros. Seamos dóciles a su acción.

En el Evangelio el Señor ha puesto dos ejemplos muy buenos el del padre de familia y el del siervo para recordarnos sobre la necesidad de vivir conforme a nuestra fe ¿qué significa esto? Vivir conscientes del amor de Dios, que es nuestro Padre, y que nos ha manifestado su amor hasta el extremo en la Cruz, que con el envío del Espíritu Santo a nuestros corazones nos ha capacitado para hacer el bien y perseverar. Así el día que el Señor quiera venir no nos preocupará negativamente, pero tampoco nos desesperaremos ante lo incomprensible porque sabemos con quién contamos.

(P. JLSS)

0 Comments

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *