(Is 8, 23-9, 3 / Sal 26 / 1Cor 1, 10-13. 17 / Mt 4, 12-23)
El 30 de septiembre de 2019 el Papa Francisco instituyó que el tercer domingo del tiempo ordinario fuera el «domingo de la Palabra de Dios», esto «expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad». ¿Escuchó la palabra de Dios con atención?
A quienes escuchan con atención la palabra de Dios se les notará en su aversión a la división, en su búsqueda por la unidad y prontitud para responder al Señor; quienes prestan mayor atención a otras cosas regirán su vida por mundanos criterios, andaran generando «bandos» y su religiosidad quedará disminuida a una mera actividad más sin profundidad.
Hemos escuchado como Pedro y Andrés, Santiago y Juan, al escuchar el llamado del Señor responden inmediatamente ¿cuántas veces te han dicho lo que Dios quiere para ti? ¿Qué te impide aceptar que el mensaje es para ti y responder? Que hermoso sería que dijéramos completamente convencidos: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?”
Dejemos que las palabras de Isaías se cumplan en nosotros: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció…” dejemos que la luz de Jesucristo alumbre nuestro ser y elimine nuestras tinieblas. Respondamos pronto al Señor y busquemos siempre la unidad, tal y como él desea (cf. Jn 17, 21-23).
(P. JLSS)
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