(Col 1, 9-14 / Sal 97 / Lc 5, 1-11)

Es muy interesante lo que san Pablo dice a los colosenses, en la primera lectura: “no hemos dejado de pedir incesantemente a Dios que los haga llegar a conocer con plenitud su voluntad, por medio de la perfecta sabiduría y del conocimiento espiritual”; quien conoce a Dios sabe que Él quiere que todos nosotros nos salvemos, por tanto su interpretación de la realidad debe ser distinta a la mayoría.

Dios “nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados”. Teniendo esto claro lo que le debemos pedir en momentos de incertidumbre es sabiduría y conocimiento espiritual. ¿Le has pedido al Espíritu Santo ayuda para afrontar tu realidad?

No nos acostumbremos jamás al amor de Dios, éste siempre nos impulsará a ser mejores, a no rendirnos, a seguir adelante; nuestra actitud debe ser la de Pedro que tras la invitación del Señor a llevar la barca más adentro, aclara estar cansado pero también confiar en él.

Por eso Padre te pedimos que nos ayudes y nos des sabiduría para no dejar que nada nos desaliente, sino que nos confiemos a tu amor y en los momentos de cansancio mas profundo decir como Pedro: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes.” Confiemos, Él hará el resto…

(P. JLSS)