Una filósofa que me gusta leer decía que todos los pecados son intentos de colmar vacíos, algo que yo también lo creo, muchos de nuestros pecados están motivados por el temor, la duda, los malos hábitos, etc. a nosotros nos llama el Señor: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio…”

¿Tienes claro qué es aquello que te fatiga o agobia en estos momentos de tu vida? Cuando Jesús llama a Mateo, lo hace en medio de sus actividades de cobrador de impuesto (actividad por la cual era rechazado socialmente), Jesús no espera que deje eso para llamarlo, en medio de eso le llama para transformar su vida.

Mientras el Señor quiere transformar el corazón de Mateo, las personas que se creen buenas (los fariseos) le juzgan por ello, a lo que el Señor les responde: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.” Utiliza a un profeta para llamarles la atención (Cf. Os 6, 6).

Dejémonos atraer por Jesús, Él no espera que cambies para llamarte a su lado, te llama a su lado para que su amor te transforme. Deja todos los prejuicios que te has o te han sembrado y déjate atraer por su amor para que tu vida sea realmente libre. “Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas del Señor y alabarlo como él merece?”

(P. JLSS)