(Ez 37, 21-28 / Je / Jn 10, 31-42)
En Jesucristo se han cumplido todas las profecías, y la que escuchamos del profeta Ezequiel este día no es la excepción: “Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré, los haré crecer y pondré mi santuario entre ellos para siempre…” ¿reconocemos todo el amor que encierra el sacrificio redentor del Señor?
Mientras la gente sencilla se estaba convirtiendo por el signo de la resurrección de Lázaro, algunos judíos estaban más preocupados por los riesgos que eso podía traer a su manera de vivir ¿te da miedo acercarte a Jesús por todos los cambios que podría implicar en tu vida? ¿Qué es lo que más te atemoriza soltar?
Otros judíos anhelado el encuentro con el Señor, “Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: ¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?” A Jesús debemos enfocarnos en buscarle en la fuerza inefable de la cruz y en su maravilloso poder. Dejemos todo aquello que no nos deja seguirle con libertad.
Padre haz que entremos a esta Semana Santa, con la firme convicción de querer cambiar por medio del amor que nos das, que se borre de nuestras mentes todo prejuicio o idea falsa por la que mejor prefiramos seguir iguales. Haz qué obedezcamos tus palabras: “Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu…”
(P. JLSS)
0 Comments