SÁBADO – SEMANA IX DEL TIEMPO ORDINARIO

Diocesis de Mexicali https://diocesisdemexicali.org


(2Tim 4, 1-8 / Sal 70 / Lc 2, 41-51)

La Octava del Corpus Christi culmina con la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos el día de ayer. Hoy como Iglesia, se tiene la devoción de recordar el Inmaculado Corazón de María, la vida interior de nuestra madre que aun cuando fue la madre del Salvador, no estuvo exenta de cosas difíciles y dolorosas.

Lo inmaculado de su corazón no le eximió de dificultades, pero le ayudo a no interpretar las cosas de forma apresurada ni cargada de prejuicios. Así tu y yo debemos estar atentos para reconocer cuando nuestra interpretación de la realidad esté sesgada por nuestras cosas, ideas o circunstancias.

Qué bello poder purificar nuestros corazones de todo apego desordenado y vivir la libertad de querer encontrarse con Dios para siempre. Libertad como la de san Pablo quien al anunciar su próxima muerte dice: “Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.”

Pidámosle a nuestro Padre Celestial que nos libre de todo aquello que distraiga nuestra atención de lo que es realmente importante: vivir su amor y gracia, anhelando ese encuentro con Él. Que María, nuestra madre, interceda por nosotros para luchar por llegar allá donde nuestro pastor (Jesucristo) nos ha precedido. Inmaculado corazón de María, se la salvación del alma mía.

(P. JLSS)

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