(Tob 12, 1. 5-15. 20 / Tob 13 / Mc 12, 38-44)
La invitación que se nos hace el día de hoy en las lecturas es clara: darle a Dios su lugar, reconocer lo que ya ha hecho con nosotros, confiar en Él y no dejar que nada nos distraiga de su amor, ni los problemas, no los sufrimientos, ni las crisis, Él jamás nos dejará desamparados.
A Dios no se le puede sobornar, aunque pueda sonar exagerado, muchas veces nuestros actos de penitencia o “caridad” pareciera que quisieran sobornarle, cuando ante las dificultades referimos todo aquello que hemos hecho. Entonces se cree que se merecen derechos por lo dado, no hay nada de cristiano en quien refiere el bien realizado, el favor dado, es un antitestimonio grandísimo.
Jesús en el Evangelio exalta la ofrenda de la pobre viuda «porque los demás habían echado de lo que les sobraba; pero ella, en su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir», confiaba más en la providencia de Dios que en sus carencias. ¿Cómo está tu confianza en Dios? ¿Confías más en Él que en tus dificultades?
Espíritu Santo enciende en nuestro interior el amor de Dios te abrimos nuestros corazón para que los inflames con tu amor, no queremos ser cristianos de apariencia sino verdaderos testigos del amor de Dios manifestado en Jesucristo. “Bendigan a Dios y glorifíquenlo delante de todos los vivientes por los beneficios que les ha hecho y canten himnos de alabanza a su nombre. Proclamen dignamente las obras del Señor y no sean negligentes en reconocerlas”.
(P. JLSS)
0 Comments