Con mucha claridad previene el Maestro a sus Apóstoles acerca de las muchas pruebas y dificultades que tendrán que afrontar en su demandante labor misionera. Y éstas podrá experimentarse incluso con las que surjan en el seno de la propia familia. Él los exhorta, además, a «perseverar hasta el fin», pidiéndoles que la prudencia de la serpiente no sea superada por la simplicidad de la paloma. Ellos han de tener la absoluta certeza de que quien los escogió y los envió, no los dejará solos, sino que les dará la fuerza reconfortante del «Espíritu de su Padre».
REFLEXIÓN VIERNES XVI DEL TIEMPO ORDINARIOTomado del misal diario de la Arquidiócesis de Guadalajara
Diocesis de Mexicali
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