(Ef 6, 1-9 / Sal 144 / Lc 13, 22-30)

Algo que jamás podemos olvidar es “Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo” y debemos esforzarnos por vivir de conforme a esto y tener claro qué es aquello que el Señor nos pide hacer sin dejarnos distraer por nada.

En la primera lectura san Pablo continua con su exhortación a que cada uno cumpla con lo que le corresponde bien hecho, el día de ayer hacía lo mismo con los cónyuges, hoy lo hace en la relación entre padres e hijos, entre esclavos y amos. Pero en el fondo es el mismo, hacer lo que nos corresponde con caridad.

Esta es lo que nos debe importar, vivir conscientes del amor de Dios y que este amor se nos note por nuestra caridad. Al Señor llegan unas personas para averiguar sobre la cantidad de personas que se salvan, a lo que él responde: «Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán.”

Padre, te pedimos que nos ayudes a ser dóciles a tu amor y preocuparnos solo por hacer lo que nos corresponde, que nunca nos dejemos distraer por otras cosas, la comparación la mayoría de las veces la hacemos con quien está peor que nosotros para justificar irresponsabilidades. Dios nos libre de ello.

(P. JLSS)