(Is 10, 5-7 / Sal 93 / Mt 11, 25-27)

Si Dios nos ha invitado a estar a su lado, creemos en su amor tenemos nuestra confianza puesta en Él, debemos estar atentos para no caen en la tentación de interpretar la realidad según nuestros limitados criterios. Se trata de aceptar que la voluntad de Dios supera nuestros razonamientos.

En cada momento de nuestras vidas, especialmente en los de dificultad debemos recordar que, como dice el salmo: “Jamás rechazará Dios a su pueblo ni dejará a los suyos sin amparo. Hará justicia al justo y dará un porvenir al hombre honrado…” no debemos dejarnos distraer.

Jesús en el Evangelio agradece al Padre revelar los misterios del reino a la gente sencilla y acepta que así lo ha querido Dios, que así le ha parecido bien. Hay situaciones que las agravamos por repensarlas, Él Señor está con nosotros a él solo nos debemos aferrar.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine, para que no olvidemos que contamos con nuestro Señor Jesucristo como intercesor en el cielo y siendo dóciles a su gracia perseveremos con la sencillez de quien sabe que cuenta con él independientemente de las circunstancias que pudieran hacer parecer lo contrario.

(P. JLSS)