(Dt 34, 1-12 / Sal 65 / Mt 18, 15-20)
El Señor siempre cumple sus promesas… esta frase jamás debemos olvidarla y debe resonar en nuestro interior con mayor intensidad cada que las situaciones difíciles de la vida nos quieran hacer dudar, nosotros creemos que “Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, ya nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación”.
Dios nos ha manifestado su amor en Jesucristo, conocemos por los Evangelios su doctrina, sus obras, sus signos, etc., esto debería ayudarnos para estar tranquilos, para no desesperarnos tan fácilmente; al pueblo de Israel se tranquilizaba y sentía orgulloso al hablar de Moisés ¿cómo te sientes tú al hablar de Jesús?
Quien se aleja de Jesús se pierde, comienzan a interesarle otras cosas. Quien tiene presente a Jesús y su obra redentora, difícilmente se desanimará y sabrá reconocer lo que le toca y lo que no. Sabrá reconocer que no es lo mismo la «corrección» que la «difusión», será paciente y buscará el bien común.
Padre, te pedimos que nos des la fuerza de tu Espíritu para saber reconocer, en la corrección fraterna, tu voz; que ante la misma, podamos ver una oportunidad de creer y no un ataque o persecución; haz que procuremos más buscar acuerdos que acrecentar conflictos, no queremos vivir reaccionando sino actuando. Danos Tú esa libertad.
(P. JLSS)
0 Comments