¿Cuál es nuestra actitud ante la injusticia y/o lo incomprensible? ¿Nos desesperamos o logramos aguardar pacientemente? Cuando uno se enfrenta a realidades difíciles no debe permitir que estas situaciones le cieguen y le hagan percibir la realidad de una manera que no es.

Por un lado, escuchamos la injusticia que se hace con Agar y su hijo quienes son despedidos porque Sara no quería que esté niño compartiera la herencia con Isaac… podríamos detenernos a analizar más detalles, pero ahora lo que me interesa es que Agar por su tristeza no había visto un pozo que tenía cerca, hay que tener cuidado que no nos pase esto.

En el Evangelio, el Señor libera a dos endemoniados mandando a los demonios a una piara de cerdos (animales tenidos por impuros pero que en el relato son más valiosos que dos personas), en el Evangelio se nos narra que tras escuchar lo que Jesús había hecho “salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.”

¿Qué tan enceguecido(a) pudieras estar ante alguna situación difícil en tu vida? ¿Sientes que preferirías que Jesús no se entrometiera? Pidámosle al Espíritu Santo que nos dé la apertura para dejar al Señor actuar con plena libertad en nuestro interior y que nos quite cualquier miedo que pudiera estar limitando la transformación que él quiere hacer de nuestras vidas.

(P. JLSS)