(Sab 2, 23-3, 9 / Sal 33 / Lc 17, 7-10)

Para quienes conocemos a Jesucristo nuestra mayor preocupación debe ser permanecer en el amor que Dios nos ha manifestado en Él y abandonarse a las inspiraciones del Espíritu Santo confiando en que “los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos…”

Debemos esforzarnos por estar preparados para cuando vuelva el Señor, esto es, vivir de acuerdo a su amor, procurando hacernos cada vez más dignos del mismo, ya que “el que le ama cumplirá su palabra, y el Padre lo amará y vendrán a él» se trata de amar y dejarse amar.

Quien se esfuerza por ser “caritativo” por su puro esfuerzo o por mera filantropía se agotará o terminará buscando otros intereses, quien corresponde al amor de Dios comenzará a serlo incluso sin ser tan consciente de ello. Será como los personajes del Evangelio que dicen: “No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer.”

Por ello Padre celestial, hoy queremos pedirte que nos ayudes para ser auténticos discípulos de tu Hijo que viviendo en su amistad podamos experimentar tu amor de tal manera que vivamos conforme a éste y te hagamos presente en quienes nos rodean, no porque lo busquemos sino porque te conocemos.

(P. JLSS)