(Zac 8, 20-23 / Sal 86 / Lc 9, 51-56)
El capítulo ocho de Zacarías trata sobre el amor de Dios por su pueblo, la primera parte que escuchamos ayer son promesas de bendición, después se da una exhortación al trabajo, se habla de la cesación del ayuno (el tiempo de duelo pasará) y concluye el capítulo con lo que hemos escuchado hoy, todas las naciones se acercarán a Dios por ver el amor que tiene por su pueblo.
¿Te dejas conmover por el amor que Dios te ha manifestado? “El Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida por la redención de todos.” ¿te dejas impresionar por el testimonio de amor de Jesucristo? Lucas nos aclara que Jesús no fue sorprendido, sino que cuando llegó el momento de salir de este mundo él “tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén.”
El Señor desea nuestra libertad ¿estamos dispuestos a recibir esto que nos ofrece? Que difícil es soltar aquello a lo que estamos aferrados, incluso habrá quienes rechazaran todo aquello que pudiera conducir a Jesús como el pueblo de Samaria, que por saber a donde se dirigía le rechaza.
El Señor se dirige a todos nosotros independientemente de nuestra manera de ser, pensar o vivir, quiere acercarse para cumplir con su misión de demostrar que somos amados infinitamente y que Dios quiere que todos nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la Verdad. Que el Espíritu Santo nos ayude a comprender que Dios no espera a que cambiemos para amarnos, nos manifiesta siempre su amor para que podamos cambiar, no rechacemos su amor…
(P. JLSS)
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