(Jue 6, 11-24 / Sal 84 / Mt 19, 23-30)

“Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo y para los que se convierten de corazón…” estas palabras del Salmo nos invitan a preguntarnos qué tanta atención le prestamos a Dios y a su palabra en los momentos de dificultad. ¿A donde recurres en los momentos de dificultad?

Haber escuchado la historia de Gedeón, nos debe ayudar a reconocer que es válido cuestionarse, “Si el Señor está con nosotros, ¿por qué han caído sobre nosotros tantas desgracias?…”, lo que no se vale es quedarse allí, no buscar al Señor y quedarse así. Gedeón confió en las palabras del Señor que le promete estar a su lado y derrotar a todos sus enemigos.

En el Evangelio escuchamos cómo Jesús asegura la difícil que le será para un rico entrar en el reino de los cielos por estar apegado a muchas cosas, quien confía más en sus posesiones que en Dios, comenzará a hacer un «Dios a su modo», una idea muy permisiva que nunca le cuestionará y le permitirá hasta ciertas injusticias.

Padre, por medio de tu Espíritu, fortalece nuestra fe para nunca olvidar que nuestra mayor riqueza eres Tú. No permitas que nuestros corazones se llenen de avaricia y que en ningún momento nos dé más seguridad lo material que él contar contigo. Que nos traiga paz y serenidad tu cercanía.

(P. JLSS)