(1Tes 4, 13-18 / Sal 95 / Lc 4, 16-30)
La temática de esta semana será muy interesante: estar atentos a qué es lo que nos mueve más ¿el Espíritu Santo o el espíritu del mundo? Ayer escuchamos cómo Pedro es reprendido por el Señor por no querer aceptar que en la voluntad de Dios podría haber momentos difíciles.
Quien se deja distraer de aquello que el Espíritu Santo le pide puede llegar hasta a rechazar a Cristo como sucedió en su pueblo, donde el Señor fue rechazado por qué creían conocerle mucho, hay que estar atentos a que nuestro supuesto conocimiento de Dios no nos cierre a la novedad que él siempre traerá a nuestras vidas.
Uno de los temas que más nos podrían distraer del amor de Dios es el misterio de la muerte frente a la esperanza de la resurrección, por ello Pablo aclara a los tesalonicenses: “No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza… Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron.”
¿Existe algo concreto que te esté alejando de Dios? ¿Cuál es tu mayor preocupación en estos momentos? Pongamos todas esas situaciones que nos acongojan en manos de Dios y abandonémonos a su voluntad; él quiere que todos nosotros nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad, pero para lograrlo hay que guardar mas silencio, para poder escucharle.
(P. JLSS)
0 Comments